El Atlético de Madrid se marchó de Anfield con una derrota amarga (3-2) en el estreno europeo, tras remontar un 2-0 inicial con un doblete de Marcos Llorente y caer en la recta final con un cabezazo de Virgil van Dijk. Más allá del resultado, el foco estuvo en la expulsión de Diego Pablo Simeone, que perdió la calma en el tramo final del partido.
El técnico argentino se encaró con parte del público local tras un gesto despectivo desde la primera fila, situación que le llevó a ser contenido por miembros de su propio banquillo y varios agentes de seguridad. Pese a sus quejas al cuarto árbitro, Simeone recibió la tarjeta roja y abandonó el campo visiblemente enfadado, acompañado de nuevos reproches de los aficionados desde el túnel.
“No es justificable mi reacción, pero han sido 90 minutos de insultos constantes. El árbitro me dijo que entendía la situación, pero ojalá el Liverpool pueda identificar a esa persona y actúe en consecuencia”, explicó después en Movistar. El entrenador insistió en que “igual que se lucha contra el racismo, se deberían controlar este tipo de gestos e insultos, porque no es fácil soportarlo todo sin derecho a reaccionar”.
No es la primera vez que Simeone vive incidentes en Inglaterra. En 2022 salió de Old Trafford entre lanzamiento de botellas y en 2019 fue sancionado con 20.000 euros por gestos inapropiados ante la Juventus. La UEFA deberá ahora decidir el alcance de una posible sanción tras esta expulsión.
En lo deportivo, el argentino valoró la reacción de su equipo: “El primer gol nos sacó del plan, pero el espíritu y la calidad de los chicos nos metieron en el partido. Con Llorente hicimos un gran esfuerzo y lo tuvimos en el filo hasta que llegó el gol de Virgil, que nos deja con un sabor amargo pero con espíritu para seguir”.