La Conmebol ha aplicado sanciones históricas a Independiente y Universidad de Chile tras los graves disturbios ocurridos en el Estadio Libertadores de América, durante el duelo de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana.
El organismo castigó a Independiente con la descalificación inmediata del torneo, además de obligarle a disputar sus próximos siete partidos como local a puerta cerrada y otros siete como visitante sin hinchas en competiciones Conmebol. A esto se suman dos multas que superan los 215.000 euros, que serán descontados de los ingresos por televisión y patrocinios.
La Universidad de Chile también recibió una sanción ejemplar: jugará sus próximos siete encuentros continentales como local sin público y otros siete como visitante sin acompañamiento de sus aficionados, además de afrontar multas cercanas a los 230.000 euros.
Ambos clubes, además, estarán obligados a exhibir un cartel con el lema “Basta de racismo, discriminación y violencia” en su siguiente partido internacional como locales y a difundir la misma campaña en sus redes sociales durante los tres días previos al encuentro.
La Conmebol advirtió que cualquier reincidencia agravará las sanciones, aunque dejó abierta la posibilidad de recurso ante la Comisión de Apelaciones en un plazo de siete días.
Un castigo contundente que busca enviar un mensaje claro: la violencia y el descontrol en el fútbol sudamericano no tendrán cabida.