El futuro de Israel en el fútbol europeo se encuentra en un punto de inflexión. La UEFA votará en los próximos días si los clubes y selecciones del país pueden seguir participando en sus competiciones oficiales, una decisión que tendría consecuencias inmediatas sobre la Champions League, la Europa League, la Conference League y las fases de clasificación para torneos de selecciones.
La medida responde a la presión internacional tras lo que la ONU ha calificado de genocidio en Gaza. Catar, a través de su capital diplomático en Doha, ha impulsado la iniciativa tras los ataques sufridos en su territorio, forzando que el máximo organismo del fútbol continental ponga el asunto sobre la mesa. Según distintas informaciones, una parte significativa de las federaciones miembros sería favorable a la suspensión.
El precedente más reciente es el de Rusia, apartada desde 2022 de todas las competiciones UEFA y FIFA a raíz de la invasión de Ucrania. De prosperar la votación, Israel quedaría en idéntica situación.
La polémica trasciende al fútbol. Durante la última edición de La Vuelta ciclista, varias etapas se vieron interrumpidas por protestas propalestinas contra el equipo Israel-Premier Tech, lo que obligó a parar la carrera en ciudades como Bilbao o Madrid. El propio Gobierno español ha pedido públicamente que Israel no participe en el Mundial 2026 en Norteamérica.
El desenlace de esta votación en la UEFA marcará un precedente de enorme impacto. Una eventual suspensión no solo aislaría a Israel en el marco del fútbol europeo, sino que podría animar a otros organismos deportivos internacionales a adoptar decisiones similares.