❌Boca Juniors atraviesa uno de los peores momentos deportivos de su historia reciente. Con 11 partidos consecutivos sin victorias —récord histórico negativo para el club— tras la derrota 0-1 ante Huracán, la institución enfrenta una crisis deportiva profunda y una presión creciente desde todos los frentes.
El malestar no es casual, el equipo quedó eliminado de las competencias internacionales, incluida la Copa Libertadores, y también de la Copa Argentina, un torneo que podía haber significado un respiro y la posibilidad de volver a competir a nivel continental en 2026.
En el torneo Clausura, los resultados han sido magros, dos empates y una derrota en las primeras tres fechas, reflejo claro de la falta de rumbo y consistencia.
📅Desde abril, Boca no ha logrado ganar un solo encuentro, acumulando seis empates y cinco derrotas.
La salida de Fernando Gago y la llegada de Miguel Ángel Russo no han revertido la situación, y la irregularidad es la norma.
La derrota reciente contra Atlético Tucumán en Copa Argentina fue un duro golpe, eliminando toda esperanza de acceder a la Libertadores por esta vía.
La crisis se agrava por la falta de rendimiento de figuras clave. Jugadores con experiencia y calidad internacional como Edinson Cavani y Ander Herrera están lejos de ser determinantes, y aunque la llegada de Leandro Paredes generó expectativas, el mediocampista aún no logra cambiar la dinámica del equipo.
Además, el Mundial de Clubes en Estados Unidos no fue un bálsamo, con resultados poco competitivos ante Benfica, Bayern Múnich y Auckland City.
Esta situación, sumada a la gestión cuestionada de la dirigencia liderada por Juan Román Riquelme, añade más presión sobre jugadores y cuerpo técnico.
🥹La afición, cada vez más descontenta, ha expresado su frustración contra todos los estamentos del club: jugadores, técnicos y directivos.
😡La paciencia parece haberse agotado en un club acostumbrado a pelear y ganar títulos, y la necesidad de un cambio estructural y deportivo se vuelve cada vez más urgente.